Fin de semana lluvioso, obvio. Fin de semana de no estar en la calle, obvio. Fin de semana de algún plan más suave, obvio. Fin de semana de ir al cine, ir de compras, quedarte en casa, obvio. Pero no era tan obvio que TODO el mundo tuviera que ir a los centros comerciales ¿por qué somos tan poco originales?.
Pasar una tarde en un centro comercial (uno de los de verdad, no de esos que tienen cuatro "chuminás") puede convertirse, y generalmente así es, en algo agradable, divertido y cuanto menos, curioso. Siempre hay mucha gente (siempre que hablemos de los cc de verdad) y más en día lluvioso, lo que no sabía yo, o bueno, de lo que no era del todo consciente, es de que esa gente activa lo que, a partir de ahora, conoceremos como: MODO CAOS Y DESTRUCCIÓN.
El MODO CAOS Y DESTRUCCIÓN es un arma defensiva humana que se activa automáticamente en situaciones de grave peligro o necesidad. Se caracteriza por un desprecio acérrimo hacia cualquier cosa, persona, objeto o interés, que sea distinto de los propios de la persona.
Pues bien, rondaba yo pacíficamente por el sobresaturado centro comercial, centrado en las cosas habituales que se hacen en estos sitios, a saber: mirar tiendas, esquivar niños, recibir codazos, esquivar niños, tropezarme con carros, ver escaparates, esquivar niños, un pisotón, oler a palomitas, mirar camisetas, dos pisotones, esquivar niños, ummmm... bonitos vaqueros, pisotón de niño y van tres... pues eso, lo normal. El caso, rondaba yo por allí cuando mis pasos se encaminaron hacia.... (redoble de tambor) el... (aumentando intensidad del redoble de tambor)... "maravilloso"... (más intensidad aún) recinto del... (macro redoble de tambor)... ¡¡¡PRIMARK*!!!.
Dejando a un lado que esa cadena de ropa en España debería de llamarse "PREEHMAHHRK", cuando entras allí, accedes a un bucle incomparable en el que yo no recordaba haber estado nunca. Un flujo ininterrumpido de personas que entran y entran y vuelven a entrar (como la canción de los peces, solo que no había río) en dicho establecimiento. Siempre en grupos eso sí, nadie entra solo. Una vez atravesado el portal tridimensional de la entrada y ya dentro del maravilloso mundo "Preehmahhrk", a partir de ahora PRH, accedes a uno de los espectáculos más dantescos que puede ofrecernos la naturaleza humana. La lucha por la supervivencia. La agonía de sentir que cada segundo es el último. El terrible Modo Caos y Destrucción.
Esta imagen podría corresponder a un día de lluvia en un centro comercial
La marea que hemos mencionado al entrar, te arrastra hacia un espectáculo de torres formadas de ropa amontonada, en el lugar en el que deberían de estar dobladas las camisetas, incluso en alguna de esas torres se distingue algún resto de camiseta doblada y todo, en la base, como símbolo de su anterior estatus de orden. Avanzas, poniendo cara de descomposición ante el espectáculo, pero avanzas, sin sentido, entre pasillos o bueno, entre lo que eran pasillos antes de tener todo tipo de complementos y de ropa por el suelo, pero avanzas. Esquivas un niño, y oyes un "cras" debajo de tus pies. Miras hacia abajo e incomprensiblemente has entrado en un campo de minas, solo que en lugar de minas, son perchas. A tu alrededor el suelo es negro, todo perchas, imposible de esquivar. Continúas avanzando bajo innumerables "cras" que se suceden bajo tus pies. Giras a la izquierda, otro pasillo, continúas, el paisaje sigue siendo desolador. Giras a la derecha, pero es solo un intento, lo que antes era un pasillo ahora parece un vertedero. Imposible de flanquear ese paso, mejor retroceder no se produzca una avalancha y tengamos un disgusto: los equipos de rescate pueden tardar varios días en llegar hasta tu posición.
Cuando consigues volver a salir a una de las "avenidas principales" donde hay algo más de soltura a la hora de andar y donde sólo se agolpan 2000 personas por metro cuadrado, vuelves a entrar en el bucle siniestro del
Modo Caos y Destrucción. Nadie te explica nada, nadie va tranquilo, la gente corre de un lado para otro como si no hubiera un mañana. Rebusca en un montón, lo desordena aún más (sí, aunque parezca increíble es posible) Las perchas caen, la gente continúa su camino, nada importa.
En medio de toda la confusión reinante, el ambiente cargado y el agradable aroma a "ausenciadeduchademuchaspersonasjuntas" se enciende la megafonía. Por favor, alarma de incencios, por favor, evacuación inminente, por favor ¡algo! para que se acabe esto; pensé yo para mis adentros. Pero no, para mi sorpresa, la megafonía anunció:
"Atención, servicio de limpieza acuda a..."
... servicio de limpieza.... servicio de limpieza... ¿servicio de limpieza? No, no nos equivoquemos, se dice: Servicio de Desescombro, eso es otra cosa. La plantilla de esta tienda está integrada según esta proporción: 1% Dependientes, 99% Limpieza, Desescombro y Rescate.
No, pongámonos serios, realmente creo que hay ausencia de ese servicio en PRH, pero si realmente existe este servicio, deben de tenerlo contratado con los GEOS, los GOES o la Unidad Militar de Emergencias.

El servicio de limpieza del PRIMARK en plena faena
Y bueno, quizás después de esta entrada nos podemos plantear una cuestión:
¿es necesario ser tan guarros?
Independientemente de lo que me guste o no me guste la ropa de
PRH, o de lo que le pueda gustar a cada uno, ¿por qué tenemos que convertir el establecimiento en un vertedero? y otra cuestión ¿por qué se permite que debajo de los montones de ropas y de las perchas vivan pelusas de tamaño sandía?
No lo sé, son cuestiones que me planteaba durante las 18 horas de cola que hay que hacer para acceder a la caja, quizás, algún día las pueda resolver.
Por último, aquí dejo una
canción de unos dibujos que ya tienen unos añitos y que podría sonar perfectamente en PRH. RECOMIENDO LA ESCUCHA, con especial atención al estribillo.
Un saludo a todas y todos!